Injuries


By Jesus Diaz

“What are we?” I asked.

The girl in front of me thought a few seconds, her eyes were lost in falling leaves of trees due to the autumnal wind of Buenos Aires, and she told me: “I don’t know”.

Two hours earlier, we had made love.

Everything was unexpected. I had broken up with her two years earlier (I have tried to forget why, I just remember the feeling after her departure).

She was like a ghost. I grew old and she made me older. Not only it was the pain of her departure, was to rebuild my live without her.

I hid. I did not want to know about her, but her search was as a beat that was becoming stronger.

Her heart hit to my heart at Corrientes Street. She went to see a play and I to buy a book.

She walked slowly, as always. Her hair looked different, but her figure was the same (thin, long legs and shoulders back). Suddenly, she turned to me.

Time stopped.

The talk was unique, she was different, I was different, but we both knew that our search was over.

The hotels in the Corrientes’ area are not the best for lovers, serious lovers I mean, but it was the perfect place for two orphan souls.

I was shaking, and she knew it, especially when her trembling hand touched mine. What were we doing?

Her brown eyes became hazel, like honey, while my clumsy hands were unbuttoning her blouse. She looked like before but I could not recognize her, perhaps because with time her face became blurred.

I’ve tried to remember one word, a phrase used by both, but there was nothing. I just remember her hands swimming like fishes on my back, sometimes stormy, sometimes trembling.

And I kissed her. I kissed her like never before. And I explored every nook unknown, forbidden by my memories. And then she opened to me like the first glimpse of the dawn. We became one only person. One warm and pasional person.

I was not me.

Maybe it was my imagination, but I felt the wind grew stronger, hitting the fragile windows of the room. Hitting my fragile consciousness.

And happened. I began to feel a crying within me, a rain inside while I lost in her scent and I tasted her sweetness. It’s was the time, and I know it.

“Caresses can be painful?” I thought.

And I clung to her at the last moment, when our breathing faltered and some sounds pointless saying "I love you".

After that, everything was silence. My hands clung to her wet body, because I did not want to know about time.

Something was wrong. Obviously some people was in our bodies and souls, and with each kiss on our skin, they changed everything. Those injuries hurt us today. We are two strangers and we know it.

At what point I lost contact with her soul?, When she decided not to call? When she preferred not to think about the places that we renamed?

- “You don’t know?” I ask her finally.

- “You know?” She retorted me.

I nodded: “We are ghosts”.

It’s said that ghosts remain among the living because they don’t accept their departure. I accepted hers that evening, while I saw her lost in fog.

Nous sommes fous

Mi pecho siente una opresión, pero no, no es tan mala, simplemente son pequeños síntomas de sentirse vivo; la vida es así, tan dulce como agria. Siempre he considerado un milagro nuestro encuentro, el choque de nuestras almas, nuestros miedos, nuestras necesidades, el encuentro de dos seres cuyo rostro ha sido cause de lágrimas muy particulares, esas que van acompañadas de amor -a veces escondido-, de pérdida, soledad y pasiones.
Ayer, mientras leía las cartas de tus padres, encontré incidentalmente mucho de nuestra historia, ahí estaba escondida en frases escritas por tu madre como "viva la vida", en su encuentro con un cuadro de Frida y su sorpresa por citas de Herman Hesse (te dije que en la prepa era mi autor favorito). También en lo que escribía tu padre, al hablar de su cotidianidad tan extraordinaria, de su amor hacia tu madre, a las palabras que ella pronunciaba, a ese espacio que transformaba con miradas y caricias trémulas.
Me vi en ellos y te vi en cada linea, entonces entendí por qué tu alma me cautivó cuando te conocí, comprendí "esas cosas" tan maravillosas que, me han dicho, hace Dios (¿cómo podría explicar que existan tantas y tantas coincidencias entre nuestras maneras de pensar y vivir?)
Sé lo especial que es esa libreta y ahora me advierto entre sus líneas, con tu puño y letra, y te agradezco eso; es extraño, porque es un honor que creo nos merecemos (lo mismo sentí yo cuando me ayudaste a poner el árbol de Navidad y saqué el trenecito de mi papá, me encantó compartir contigo esa ausencia).
Ay niña, creo que estoy melancólico porque los causes empiezan a aflorar, pero es que ya ha sido tan largo el camino hasta aquí, que mi alma lo resiente. y me rebelo sabes, porque no quiero pensar en el tiempo, ese que se llevó a nuestros padres dejándolos en "palabras". Ayer pensaba en eso, en lo que significa morir y en la necesidad creciente de seguir dando pasos aun cuando no haya más camino. Soy un necio quizá. Te Amo.

Merci, la Vie!

¿Qué si soy alguien maduro? No, no lo soy (este fin quiero comprarme el nuevo aparatito de X-box)… ¿Qué si soy un chavito? No, tampoco (he tenido suficientes experiencias como para negarlas y hacerme más peque). ¿Qué soy entonces?

Una persona agradecida.

La última década me dejó de todo (estoy convencido que he vivido lo que pocas personas y me siento satisfecho por ello), y es curioso porque este ciclo que inició con la pérdida y concluye –casi por obviedad- con otra pérdida, está, a la vez, lleno de ganancias. Para mí hubo de todo: amor, pasión, viajes, pláticas, caricias, inicios… lo bueno... y lo malo: padecí la muerte de mi padre y mi propia enfermedad (prematura de hecho), desamor, desempleo… y superé prácticamente todo ello.

Mi pasión (mezclada muchas veces con mi profesión) me brindó muchas bendiciones, recuerdo ahora mis nervios cuando hablé con José Saramago en la Facultad de Derecho o al charlar con Sam Mendes. O mi cara de asombro al escuchar la definición de “espectador” de voz de M. Night Shyamalan. Las confesiones de un Kennedy a mis preguntas sobre Cuba y su propio sistema de salud. La comida en un restaurante italiano en pleno Buenos Aires con los chicos de Café Tacvba (la mejor banda de México), ensimismados, con miradas casi como si extrañaran la zona de Satélite (casa). O esa llamada a casa, a las 3 de la madrugada, de Bryan, vocalista de los Back Street Boys, desde un país lejano de Asia (en un phoner pactado para que me hablara de la próxima visita de la banda a México).

"La historia de mi vida"

“¿Qué será esa enfemedad?”, me dijo Lauri Ylönen, líder de The Rasmus, minutos antes de que la directora del Auditorio Nacional le anunciara la cancelación del concierto debido a la influenza. Estábamos los dos, solos, sentados en un recinto vacío con no más de diez técnicos-fantasmas caminando a nuestro alrededor. Recuerdo su rostro, su miedo. Cuando salí había cientos de chavas que reclamaban en la entrada principal, todo México estaba de cabeza, y pensé. “Acabo de estar adentro, sólo éramos él y yo. El mundo sigue girando, pero yo lo vi, nadie te lo contó”. Esa fue, afortunadamente, la historia de mi vida todos estos años.

La muerte fue, obviamente, el impacto más fuerte, la pérdida de mi padre de manera tan repentina y el suicidio de un compañero en mi primer trabajo fueron mis contactos más directos. Sufrí mucho por mi padre, hoy mismo lo extraño con toda mi alma, pero no estuve sólo en ese camino. Mi familia y las personas que he amado no me soltaron, mucho menos cuando yo mismo no tenía fuerzas para seguir. Ahí, entre ese dolor, encontré lo bello del mundo, me aferré a eso. Comencé como periodista cultural y eso me sensibilizó mucho. No puedo negar que encontré mi manera –muy personal- de ver a Dios.

"Como esos 20 pesos"

Recuerdo que renuncié a mi primer trabajo y días después encontré 20 pesos en un parque, me agradó esa casualidad, sobre todo porque mi situación no era la mejor y ese dinero era una ayuda. En esa época hice mis pruebas para entrar a Reforma, que considero –bueno, no sólo yo- que es el mejor diario de mi país. Entré meses después y, al tiempo, estaba viajando y hospedándome en un bello hotel en el área de Beverly Hills. Me encantan esos junkets (viajes en los que entrevistas a famosos sobre una nueva película o serie), suelo ocupar un día para conocer, comprar y todo lo que puedo de una noche para relajarme y disfrutar los lujos de esos hoteles. Mientras estaba en la tina de hidromasaje pensaba en lo que significa tener una vida rentada, saben, porque en realidad pocas veces puedes costearte esos lujos y sentirte tan tranquilo jajaja, pero también porque uno nunca sabe el alquiler que debe pagar para estar aquí. Todo es tan fortuito como esos 20 pesos, cosas que te encuentran y encuentras en la vida.

Este mes, por ejemplo, comencé a publicar una columna en una de las revistas de adolescentes más famosas de México, soy el cuarto hombre que lo hace en la historia de esa publicación y es raro porque abrirme de esa forma es un privilegio que llega, irónicamente, a destiempo, justo en el mes en que dejo más atrás mi adolescencia. En dos días se han sumado casi 60 seguidoras a mi nuevo Twitter y agradezco a Dios el milagro de seguirme sorprendiendo, de llegar con mis palabras a otros corazones, que latan con lo que escribo.

"Mercy"

En verdad, por ahora no me interesa ser más joven, aunque confieso que tampoco más grande, jajaja. Me siento en el punto exacto, en la punta del iceberg. Tengo tanto que agradecerle a Dios, a mi familia, amor, amigos, confidentes, maestros, editores, ex parejas, compañeros, doctores… a todo y a todos. ¡Gracias!

What the fuck was wrong with me?

Melancholy -1891- (up), Two women at the beach -1898- (down), Edvard Munch

She knew I was falling out of love from the melancholy in the air between us. Sitting on the sand looking at her down by the water, with her white skin bursting out of her bikini, I knew she knew it was over.

What the fuck was wrong with me? She was intelligent and sexy. I guess it was the band. I knew there was some heavy career time up ahead and I didn't want to feel tied down to one person. I could feel subtle ever that was. But instead of clarifying my feelings and saying something to Donna, I just started to be mean to her.

We weren't making love anymore, we were making sex, at least from my point of view. Going through the motions, Instead of talking about it, I just became cold.

It was starting. I was being drawn and quartered. I was making a choice between a beautiful, intuitive girl and our music, which had rescued me from my middle-class suburban background. Did I have to choose? I don't know.

You see, we never talked. In any event, the choice was made. The thrill was gone.


John Densmore (The Doors). Riders On the Storm


Poema 15


Pablo Neruda

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
Y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma,
Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
Y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante,
y estás como quejándote, mariposa de arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio.
Claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Maneras de Vivir

viernes, 23 de julio de 2010 21:07 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios

Entrevista con el poeta español Francisco José Cruz
Publicada en el suplemento cultural Sábado, el 18 de septiembre de 2004

Por Jesús Díaz

El poeta español Francisco José Cruz se halla lejos de Sevilla donde nació en 1962; la brumosa ciudad de México lo acoge a él y a Maneras de Vivir (Trilce, 2004), su más reciente libro de poemas, acreedor al Primer Premio Renacimiento de Poesía.

En su literatura, el poeta retoma objetos cotidianos (animales, árboles o juguetes) y descifra con ellos la existencia propia del ser humano, que con el tiempo deja ser, en desventaja a la materia, que prevalece.

- ¿Por qué dar presencia a lo que no la tiene?

Precisamente porque ya no la tiene, a mí me inquieta como ser humano –no como poeta- que las cosas dejen de ser lo que son, que su presencia no sea eterna o siempre la misma. Me pongo en el sitio de esa ausencia de alguna manera para dar testimonio de esa pérdida y como una especie de prevención, porque a uno mismo también le va a suceder, va a dejar de ser lo que es.

- ¿Cómo es que en su poesía la esencia de un ser humano la pueda manifestar un objeto?, da la impresión de que los objetos hablan como seres humanos, ¿acaso el que lo crea deja un poco de sí mismo?

Efectivamente, lo que menos me importa es lo que piense un objeto, porque realmente no piensan, pero al darle voz al objeto me pongo más en su sitio, lo que me ayuda, a modo de espejo, para entender la relación que uno tiene con ellos, y cómo ellos se pueden convertir en símbolos de tu propio mundo interior. Lo hago efectivamente para entender esa especie de perplejidad que provoca la metamorfosis de ser y no ser, o de lo que uno es y después transforma en otra cosa.
A veces las cosas no desaparecen del todo, se desubican: el libro en el fondo es ponerme el sitio de esa desubicación, cuando dejan de tener una función porque el tiempo les obliga a dejarla y en lugar de desaparecer están ahí, perdidas, flotando aisladas, sin saber uno qué son, pero que materialmente existen; eso le da a las cosas una dimensión real que se puede extrapolar un poco a la humana, porque en la desorientación de las cosas uno puede encontrar su propia desorientación esencial.

- Parece prestarle la misma importancia al alma que a un cuerpo inerte, ¿por qué?

Al revés de lo que ocurre con lo que nos dice la tradición religiosa, de que el cuerpo desaparece en el hombre pero el alma se queda, en el reino material –el de las cosas- los objetos siguen ahí paradójicamente, pero desubicados, sin cumplir la función que cumplían. En el caso del poema "Lanza o remo" refiero a un objeto de una cultura precolombina del Perú, que ya con el paso de los siglos sigue ahí en forma de remo pero que también podría haber sido una lanza; no se sabe ya bien lo que es, los mismos arqueólogos no saben si cumplía la función de remo o lanza: el tiempo no lo aniquiló pero lo apartó de su cometido; ese paso es el que a mí me interesaba expresar porque creo que en el hombre ocurre esto también, más de lo que creemos, porque vamos dejando de ser lo que somos; a veces no nos reconocemos ni a nosotros mismos o los demás no nos reconocen y nos apartan.

- Precisamente en "Lanza o remo" usted dice: "Las cosas son siempre más reales que nosotros", podría explicárnoslo.

Los objetos perduran, tienen esa tenacidad al revés del ser humano; nosotros desaparecemos con extrema facilidad, las cosas dan la impresión que en lugar de morir del todo entrar en una especie de limbo al dejar de ser lo que son, pero como objeto te los puedes encontrar, entonces son más reales porque duran más.

- ¿Y qué ventaja tiene entonces ser hombre y no cosa?

No lo sé, el hombre claro tiene conciencia, las cosas dependen del hombre y son sólo un punto de apoyo para que se realice, pero sin que las cosas lo pretendan terminan siendo una referencia simbólica de la fugacidad del paso del tiempo, por lo frágil que somos; las cosas al ayudarte te dan la dimensión de la fragilidad que nos constituye como seres humanos.

- En su poema "Revisión", un feto en el vientre de su esposa y la muerte de su madre están representados; los dos, dice, "no están en el tiempo", ¿dónde cree que estén?

Tanto el hijo que no ha nacido, que está en el vientre de su madre, como mi madre que está en el vientre de la tumba son dos modos de no estar ya, uno que todavía no es y el otro que ha dejado de ser, entonces esa manera de la ausencia es lo que me hace sentir que no están en el tiempo.

- ¿Dónde están entonces?

Me imagino que en un proceso que yo llamo "destiempo", están en proceso de ser; me interesa dar esa idea el proceso que las cosas y los seres humanos van detectando en ellos mismos, entre lo que son y lo que no somos, esa especie de proceso entre lo real y lo irreal, entre la presencia y la ausencia; esos intersticios que desconciertan a todos son lo que yo quería indagar. Contrasté el hecho de que el hijo que está en el vientre y de que mi madre estando en el vientre de la tumba ya muerta son dos procesos contradictorios pero que deja a los dos fura de la realidad, sólo en procesos bioquímicos. Estas "realidades" podemos vislumbrarlas sólo gracias a un poema.

- ¿En el "destiempo" es en donde estaremos?

Es en donde estuvimos y en donde estaremos, pero no es una cosa rígida, es decir que incluso cuando nos morimos uno va teniendo procesos físicos hasta descomponerse del todo; somos más cuerpo de lo que nos creemos.

- En "La propia inexperiencia" menciona que los muertos se internan en sus propios vacios hasta llegar al sitio en donde el mundo aún no ha comenzado, ¿qué sitio es ese?

- Yo creo que probablemente en donde está el hijo que no ha nacido.

- Da la impresión de que éste es un proceso cíclico.

Claro, da la impresión, uno no escribe sabiendo las cosas, un poema expresa en el fondo una intuición, no un conocimiento probado, no podemos ir más allá, somos así de pobres. Si con la muerte se viaja hacia atrás se puede llegar al mismo punto de vacío en que está el ser que todavía no ha nacido. Esa "nada" probablemente sea lo mismo. Un poema es el punto de encuentro entre lo que no es y lo que es, me permite reunir esos dos procesos.

- ¿Se puede no ser, estando con vida?

Yo creo que no, yo lo desmiento en Revisión: "El Ser y no Ser jamás coincide y nunca se han tocado ni de lejos".

- En "Maneras de decir" un poeta parece vivir dentro de su grabación, ¿qué tanto deja de sí un poeta como usted en una grabación o en sus letras?

Si un poema está escrito con honestidad no sólo hay algo de uno en él, hay algo de todos; cada vez creo que los poemas los escribimos entre todos; a mí me ha tocado escribir de una manera y a otros de otra, pero es la misma tradición poética ya tan larga, es la que nos va guiando, uno solo no puede escribir lo que la humanidad puede sentir y necesitar.

- "Maneras de Biólogo" concluye diciendo que la muerte es la forma más sencilla en que siga la vida, ¿por qué cree usted esto?

Yo creo que el biólogo es la figura que nos puede enseñar que la vida y la muerte son un proceso natural, y que con esa naturalidad deberíamos asumirla, sin más alharacas, sin más invenciones de otra realidad. Nosotros, por temor a morir, nos inventamos un refugio de excusas permanentes, realidades alternativas, no estamos de acuerdo con nuestra condición. El biólogo casi atiende un poco eso.

- ¿Cómo cree que su poesía influya en el lector?

A mí me asombra y me agradece que haya lectores de mi poesía, porque ya hay enormes poetas y que alguien dedique su tiempo a un poema mío, me causa gran emoción. Nunca tengo la sensación de agradecerlo lo suficiente, los comentarios de los lectores me ayudan a entender mi propia escritura, yo pienso en el lector cuando escribo, porque a través de él puedo llegar a otro y ese otro puede llegar a mí, estableciendo una relación personal, espiritual, etc.

- ¿Lo considera como una responsabilidad o una charla?

Yo me tomo mi afición como una responsabilidad, porque antes que tú ha escrito tanta gente y te han ayudado tanto a ti mismo, que uno cuando se plantea a escribir, debe hacerlo con esa seriedad.

- ¿Qué opina de la poesía contemporánea?

Abarca muchas cosas, yo siento que necesita recuperar un sentido de artesanía que se está perdiendo: demasiados poetas escriben con excesiva facilidad sin tener en cuenta el conocimiento artesanal de las formas que los siglos nos han heredado. Habría que hacer un esfuerzo, usar los recursos que el lenguaje nos da al trabajarlo, como el carpintero puede trabajar un mueble, y por otro lado, que eso nos lleve a una dimensión más humana del poema y más comunicativa, sin claridad no hay profundidad.

- ¿Por qué?

Porque ya incluso en la comunicación diaria que tenemos entre todos nos cuesta trabajo entendernos, entonces si un poeta, cuando está manejando sensaciones más complejas y sutiles, utiliza recursos menos populares y no hace el esfuerzo de precisar lo que quiere decir, difícilmente nos vamos a entender.

- En su libro surgen algunas palabras centrales en forma y fondo, ¿podría contestarme lo que significan para usted?

Maneras de vivir
No podemos creernos que todo el mundo vive como nosotros y con ello no intentar que vivan, la realidad es plural y debemos asumirlo como lector, poeta y por supuesto humanamente.

Tiempo
No se sabe bien qué es, pero parece que sin él no seríamos nada. Borges decía esencialmente: "No comprendo cómo el tiempo pasa, yo que soy tiempo, sangre y agonía, yo que soy tiempo". Espacio-tiempo, cuerpo-tiempo, es indiscernible.

Materia
La otra cara de la misma perplejidad, la otra cara del tiempo.

Existencia
Más que pensar en ella pienso en la "inexistencia", cuando deje de ser, todo me va llevando a lo contrario, tal vez por el temor de que, tarde o temprano, uno llega a lo contrario, no siempre se está en el mismo sitio.

Muerte
Yo espero que la muerte sea el final en que no nos demos cuenta, una desaparición total. Uno teme más el paso a la muerte, que cuando uno estará muerto, y no temerá nada.

Dolor
Cuando escribo temo más a esas irrupciones inesperadas del dolor, que al paso pacífico del tiempo. Si uno muriera de viejo, por proceso natural, lo asumiría mejor, pero el caso es que a veces uno no se muere cuando el tiempo pasa, sino antes, cuando el tiempo lo quiere. Esas irrupciones de la vida son lo que más me desoriente y me duele.

Nostalgia
Todavía no tengo edad para eso, porque todavía uno tiene suficientes relaciones y el rigor humano para seguir llenándote en las cosas, tengo e todo caso rabia de que ciertas personas queridas hayan muerto, pero no tengo nostalgia.

- ¿Hay entonces una edad para la nostalgia?
No lo sé, yo encuentro demasiados poetas jóvenes que juegan a ser nostálgicos pero no se los creo.

- ¿Por qué?
Porque yo creo que sólo es una imitación cuando no son poetas maduros.

Dios
No me preocupa, he llegado a una edad en que creo que Dios es una excusa para conformarse ante lo irremediable de la muerte. A todo el que le sirva me parece bien, pero a mí no me preocupa. Incluso si lo hubiera a mí no me consolaría, seguiría exigiéndole por qué tengo que morirme, preferiría quedarme aquí.

En ese tenor, el Más Allá.
Aunque hubiera un Más Allá a mí no me consolaría, me quiero quedar.

Fantasmas
Lo que somos todos tarde o temprano, o incluso siempre. Siempre estamos en una especie de nebulosa que no acabamos de aclarar.

Ser humano
Lo que también somos, antes que poeta, carpintero; aunque lo olvidamos con frecuencia.

Genética
Algo que nos condiciona más de lo que parece, nos corrobora que somos más cuerpo que alma.

Amar
Una sensación necesaria que no debemos restringir a la relación sexual o de pareja, es un sentimiento esencial, se puede amar a las cosas, pero no de una manera tonta, sino en la medida en que tienen relación con los seres humanos: como un árbol, por ejemplo.

Poesía
La forma del lenguaje más humana, no más cotidiana; en el sentido de que nos ayuda a llegar a lo más hondo de nosotros mismos.

- Para concluir, ¿qué fue mejor, saberse como una mesa hecha de árbol antiguo, o un plato moldeado delicadamente a mano?

Es lo mismo, los dos son excusas para expresar esa transición, esa perplejidad de estar, y no estar.

A Dream Within A Dream

viernes, 9 de julio de 2010 10:39 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios


UN SUEÑO DENTRO DE UN SUEÑO

¡Toma este beso en tu frente!
Y, en el momento de abandonarte,
déjame confesarte lo siguiente:
no te equivocas cuando consideras
que mis días han sido un sueño;
y si la esperanza se ha desvanecido
en una noche o en un día,
en una visión o fuera de ella,
¿es por ello menos ida?
Todo lo que vemos o parecemos
no es más que un sueño en un sueño.

Yo permanezco en el rugido
de una ribera atormentada por las olas,
y aprieto en la mano
granos de arena de oro.
¡Qué pocos y cómo se escurren
entre mis dedos al abismo,
mientras lloro, mientras lloro!
¡Oh Dios!, ¿no puedo yo estrecharlos
con más ceñido puño?
¡Oh, Dios!, ¿no puedo salvar
ni uno, de la despiadada ola?
¿Todo lo que vemos o parecemos
no es más que un sueño dentro de un sueño?

Take this kiss upon the brow!
And, in parting from you now,
Thus much let me avow--

You are not wrong, who deem
That my days have been a dream;

Yet if hope has flown away

In a night, or in a day,
In a vision, or in none,

Is it therefore the less gone?

All that we see or seem

Is but a dream within a dream.

I stand amid the roar
Of a surf-tormented shore,

And I hold within my hand

Grains of the golden sand--

How few! yet how they creep

Through my fingers to the deep,
While I weep--while I weep!

O God! can I not grasp

Them with a tighter clasp?

O God! can I not save

One from the pitiless wave?
Is all that we see or seem

But a dream within a dream?

By Edgar Allan Poe

Le Mexique...

jueves, 17 de junio de 2010 20:51 Publicado por Jesús Díaz 1 comentarios

Hoy fui al Ángel, es tan curioso la manera de festejar de nosotros los mexicanos, todo parece fiesta, de las buenas; nos gustan los buenos pretextos para ser tan tan hermanos.

Vivir en México es vivir en una gran fiesta, a veces la música es muy dramatizada, y otras, es tan alegre. Somos tan apasionados -sin medias tintas-, vivimos tan intensamente la vida que, a veces, pareciera que se nos acaba todo ese minuto, es como estar conscientes de que no viviremos para siempre y a la vez negarlo todo. ES BIEN CABRÓN SER MEXICANO!!! QUÉ CHINGÓN!!

Si fort, si fragile

martes, 11 de mayo de 2010 9:40 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios

Esto es tan fuerte y tan frágil. Es como un camino ausente de señales que me invita a seguir y, más comúnmente, a detenerme. Apenas ayer estabas aquí, y ya tengo recuerdos vagos de tu forma de besar, de tu sonrisa y la manera en la que mis manos acarician tu cintura. De este torbellino que no lo podemos detener, que a veces arrasa con nuestra propia alma, la divide en decenas de pedazos, que nos impide elegir un lugar en donde comenzar y nos desvanece. A veces no quiero q te vayas, sabes, quiero aferrarme a ti, pero otras, otras odio perderme del todo. Y quisiera un balance entre lo que siento y pienso. Porque hay momentos en que el deseo por ti me hace renunciar a todo, y hay otros, tú sabes cuales, en los que simplemente todo tiembla (como nuestras manos) y no hay cabida para la necesidad. Es cuando me siento vulnerable. Es como una lucha entre mi deseo y mis necesidades. Hay días en que todo de ti me seduce y pienso que debería morir en ese instante. Otras veces odio mi indiferencia, odio arrástrate en ella. En esos instantes pienso la gran distancia que hay entre el piso (en donde nos hemos postrado para llorar como niños) y el corazón, o aún más la cabeza. ¿Serán acaso mis miedos a reconocerte lo que me mantiene estático? ¿Será que todo necesita un tiempo? Pero entonces, maldición, me pegunto: ¿Y si no hay mucho tiempo?... Entonces tú adoptas esa actitud infantil. Te haces niña. Te metes en una pequeña cueva y te encierras, y cantas una canción mientras jugueteas con mis sentimientos como si fueran juguetes. Y corro, sin dirección definida corro, y al paso, siento que el viento y mi respiración se apaciguan, al final del camino no sé a donde he llegado, pero me regocija que sigas ahí al cruzar esa puerta. Entonces nos abrazamos y charlamos durante horas, de nuevo. Creo que ninguno quiere un compromiso que no sea con el otro, estamos tan acostumbrados a no tener nada, ni familia a veces, que sólo queremos estar solos. Qué mal es acostumbrarse a la soledad, que ésta se convierta en una necesidad, un lugar en el que hay que estar. Nuestra soledad es como una isla, una gran isla, en donde sólo cabe otra persona. Y ahí nos ves, gastando el tiempo mientras vemos el horizonte, y pensando en lo que hay detrás de él. Y cuando el horizonte nos muestra una nueva tierra que se acerca a nuestra isla, simplemente no sabemos qué hacer. Me queda claro que para ambos no existe la regla de lo normal. Quizá por ello soñamos muchas veces con escapar. Somos tan raros que incluso tememos lastimar al otro. Ahora no sé si quisiera que me importara el mundo alrededor de nosotros, me he perdido. Ahora quisiera estar solo, y poder llorar, es algo que también he dejado de hacer (solo frente a tu cuerpo desnudo a media luz lo hice, aunque no sé si fue un sueño). Creo que mientras escribo esto, sin pausas, estoy corriendo. Hasta ahora no me había preguntado si cuando me canse, o el viento me sosiegue, tú estarás ahí, con tu bella sonrisa… pero sigo corriendo.

Esta vez

viernes, 7 de mayo de 2010 9:17 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
De pronto ya no sé que pasa en mí
de pronto ya no sé quién soy
de pronto ya no reconozco nada
de lo que un dia fui
Hoy me pregunto que cambio dentro de mí
hoy me pregunto a donde voy
tal vez no existen las respuestas
para lo que intento resolver

Esta vez vengo buscando el corazón
esta vez lo intentaré otra vez
esta vez y más yo trataré de hacerlo bien
si la vida me regala otra oportunidad

De pronto ya no sé qué pasa en mí
de pronto ya no sé quién soy
tal vez no existan las respuestas
para lo que intento resolver

Esta vez no quiero otra ilusión
esta vez lo intentaré otra vez
esta vez y más yo trataré de hacerte bien
si la vida me regala otra oportunidad


J'ai morts en vous

domingo, 25 de abril de 2010 0:41 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios

Mi mente divaga. Son mis manos las que hablan mientras tocan tu cintura, es una extraña mezcla y lo sabes: algo de delicadeza que se confunde con la fuerza de un arrebato.

Así somos, nos despojamos en un breve tiempo, ese en el que cada minuto pareciera que estamos tomando una decisión importante, de vida.

¿Por qué siempre sucede eso? ¿Te lo has preguntado?

Por qué siempre que nos vemos sentimos que estamos por resolver algo que trascenderá nuestra existencia, en breves lapsos en los que incluso no sabemos qué decir.

Pero hoy no quiero pedirte nada, solo quiero que nuestros sentidos, los otros sentidos, hablen por nosotros. Ellos dicen las mejores palabras. Esas que no se encuentran en ningún lado.

A veces odio pensar que todo el tiempo que te he dado ha sido un sueño, sobre todo cuando, como ahora, me embelesa esa intensidad con la que tocas mi alma.

Estás y no estás, y lo onírico se mezcla con la realidad, mientras mis labios recorren espacios nuevos en tu ser y me pierdo en un mundo, tu mundo.

Es tanto mi amor por ti que, irónicamente, quisiera despertar en el acto, antes de desaparecer.

Me pregunto: ¿a dónde me llevas cuando quitas la barrera que hay entre nosotros? Me pregunto (…sí), y me siento perdido, tan confundido, tan fascinado.

Siempre hablamos de la vida, ¿verdad?

¿Y si me acostumbro a vivirla más a tu lado? ¿Cómo he de partir si he perdido mi lugar, si pertenezco a cualquier sitio y a la vez a ninguno que no hayas tocado tú?

Eres el ángel que Dios me ha enviado, la confirmación de un milagro de vida, y yo, yo soy sólo un mortal ahora, distinto a ti. Igual cerraré los ojos, y ahí estarás tú.

Déjame aquí, no quiero morir de tanto amar. O mejor no, quédate, o llévame, o ven conmigo, vámonos. Creo que nací para navegar en ese mar en cuyas olas se halla tu figura.

Hoy no me digas que me adoras, por favor. Ni siquiera con ese otro lenguaje que expresas con tus manos, justo a centímetros de mi corazón.

Una parte de mí toca una puerta, y lo sabes. Escuchas mis latidos, siempre me delatan. Pero no la abras, no sea que se acabe la última cordura en mí.

Entonces tomaría ese cuerpo que me has regalado, y te llevaría conmigo. Hasta el fin.

Estás a punto de invitarme a renacer, y sé que me abandonaré en ti. Entonces las palabras estarán de más. Nada de eso puede escribirse, ni siquiera hay un idioma para eso.

Sólo una palabra, quizá, que se le aproxima: TE AMO. Pero es muy tarde para reflexiones... He muerto en ti...

Dreamworld

jueves, 22 de abril de 2010 23:31 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
I would be you, you would be me,
We would be one, we would be just fine
The ice caps wouldn't be melting
And neither would I

I would just drive my big old car
And everything would be alright
And energy would just fall down
Right from the sky, yeah

Words would fly right from out of my mind
Out of my mind into your heart, into your life
And everything would sound just right
And no one would stop me from drinking my wine

That's my dreamworld, that's my dreamworld
It's more than a dream
My dreamworld, that's my dreamworld
And I wanna live in my dream, (dream)

For the real world just don't feel right
I wouldn't spend my days searching for
Searching for lost time, yeah hey yee (ooh ooh, dream)
I wouldn't be so damn sensitive, I'd let things go by

No matter what the weather, I'd learn to change
I'd change with the time, yeah, he

And everytime I need a woman, she'd appear right by me
She hold me tight, treat me right
And tell me that everything is gonna be
Is gonna be alright, alright

That's my dreamworld, that's my dreamworld

I would tell Van Gogh that he was loved
There's no need to cry
I would say Marvin Gay
“Your father didn't want you to die” (dream)

There would be no black and white
The world just treat my wife right
We could walk down in Mississipi
And no one would look at us twice, hey

That's my dreamworld, that's my dreamworld
It's more than a dream
That's my dreamworld, that's my dreamworld
And I wanna live in my dream, (dream)

Dreamworld
Robin Thicke.


Foudroyer du Regard

sábado, 17 de abril de 2010 21:31 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios

(Tu) mirada, (luego tu) sonrisa, (-¿recuerdas'- nuestras) manos, (descubro tu) figura, (sentimos -¿es real?- nuestro) apoyo, (la vida es) amor, (amor más allá) una vida, (-¡hay tanto!-) sinceridad, (dentro de mí) fuerza, (en ti) revolución, (ambos -¿es un sueño?-) pasión, (TE AMO) ternunra, (me pierdo) dolor, (en tus labios) regocijo, (puedo) morir, (mañana -¿y mañana?-) renacer, (me llevas) en ti...

sábado, 27 de marzo de 2010 1:13 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
Domestiqués

Ese olor a trigo... Me gusta dormir con ese olor a trigo

Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

Fue entonces que apareció el zorro:

- Buen día - dijo el zorro.

- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...

- Quién eres ? – dijo el principito. – Eres muy bonito...

- Soy un zorro – dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...

- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

- Ah! perdón – dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

- Qué significa "domesticar" ?

- No eres de aquí – dijo el zorro –, qué buscas ?

- Busco a los hombres – dijo el principito. – Qué significa "domesticar" ?

- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto ! También crían gallinas. Es su único interés. Buscas gallinas ?

- No – dijo el principito. – Busco amigos. Qué significa "domesticar" ?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."

- Crear lazos ?

- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...

- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...

- Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.

El zorro pareció muy intrigado:

- En otro planeta ?

- Sí.

- Hay cazadores en aquel planeta ?

- No.

- Eso es interesante ! Y gallinas ?

- No.

- Nada es perfecto – suspiró el zorro.

Pero el zorro volvió a su idea:

- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, mira ! Ves, allá lejos, los campos de trigo ? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Y eso es triste ! Pero tú tienes cabellos color de oro. Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado ! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...

El zorro se calló y miró largamente al principito:

- Por favor... domestícame ! – dijo.

- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, domestícame !

- Qué hay que hacer ? – dijo el principito.

- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente el principito regresó.

- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad ! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.

- Qué es un rito ? – dijo el principito.

- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Entonces el jueves es un día maravilloso ! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:

- Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.

- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.

- Claro – dijo el zorro.

- Pero vas a llorar ! – dijo el principito.

- Claro – dijo el zorro.

- Entonces no ganas nada !

- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.

Luego agregó:

- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.

El principito fue a ver nuevamente a las rosas:

- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.

Y las rosas estaban muy incómodas.

- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – No se puede morir por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he regado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo el globo. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres para las mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mi rosa.

Y volvió con el zorro:

- Adiós – dijo...

- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.

- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.

- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.

- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.



Le Rêve, Le Cauchemar

Son las 5:00 de la mañana, aún puedo escuchar los latidos de mi corazón y la bocanada…esa que siguió al breve sonido que me hizo despertar.
¡Qué raro sueño!
…Estaba en un lugar muy extraño, un mundo en el que las personas se cuidaban unos de otros. La mejor persona –eso es lo interesante- era la de los mejores falsos trucos.
Yo era uno de los trapecistas que se convertía a veces en payaso, y, en otras, en presentador de circo: la idea era dar vueltas, brincar más alto que cualquiera o hacer reír, pero, ¿para qué?
Tras hacerlo una y otra vez (yo nunca ganaba del todo), aún con la victoria el mundo comenzaba a tornarse grisáceo, otras veces rojo y amarillo. Mi rostro (bajo el maquillaje) se llenaba de tristeza, mi cuerpo (bajo el traje) se debilitaba y mi alma (Dios, mi alma) se desvanecía.
Esa imagen difusa de lo que soy me lastimó hasta el fondo, porque esos que me veían (los dueños del circo) no advertían lo que no me cabía, cómo con cada bocanada, con cada amanecer, con cada caricia, me sentía vivo…
Mi ventana está sucia, debería limpiarla. Hace frío (por la hora) pero no me importa.
¿De qué color es el cielo cuando amanece?, es anaranjado, y rojo, y amarillo... y esas las aves que vuelan dispares, ¿qué tamaño tienen?…
Ah, la vida...
Hace unas horas que dejé ese ese sueño, ese gran sueño que tornó en pesadilla. Y hoy estoy feliz, como en mucho tiempo, dentro de esta noche oscura, no me había sentido.
No importa, ahora lo sé, no importa si no se hace reír a la gente, uno está aquí por algo más trascendente.
Como esta lágrima que siento.
Y esa felicidad y tranquilidad que me permite ver cada detalle de ese cielo sin preocupaciones y pensar en todo lo que quiero sentir hoy. Lo que quiero leer, probar y tocar hoy.
Pienso en ti, bella trapecista, en la hora en la que llegarás a ese tu lugar, también pienso en ella, en su charla mientras se ahogaba en un mundo que no era el suyo, y en él, en esa mente brillante que merece más de lo que posee.
Todos despiertan, supongo, algunos tardan 10 años, otros 15, otros lo advierten hasta el último suspiro.
¿Cómo es ese último suspiro? El mío, afortunadamente, fue la bocanada que me dio un respiro más hacia una fría mañana…
…son las 6:00, aún puedo escuchar los latidos de mi corazón y la bocanada...
¿Tú?

lunes, 15 de febrero de 2010 21:30 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
Bonjour étranger!

A veces me gusta pensar en las casualidades... o mejor aún, en que no hay casualidades.... En las miles de coincidencias que suceden antes de un encuentro, en ese segundo que te pone en un lugar, con una persona...
Este video va dedicado a "esa" casualidad que te invita a creer...
Alguna vez me comentaste que el primer libro que tomaste en tu nueva aventura fue "La Muerte de Ivan Illich" -ese que leímos en voz alta-... Alguna vez te comenté que bajé del metro y te vi, muy sonriente, en un anuncio publicitario... A ambos nos dolió esa "casualidad"...
Alguna vez nos topamos (chocamos) en una puerta, ¿recuerdas? (así nos conocimos)
Te dedico estos segundos.


Rayuela, capítulo 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.


lunes, 8 de febrero de 2010 18:48 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
La médecine et de l'espoir

(Imagen. The Sick Child (1907). Edvard Munch)

¿Viene un gran medicamento que puede salvar muchas vidas (o son varios)?

Escuchaba hace unos días en un programa de radio de un nuevo invento de suma importancia en la medicina: se trata de un spray que podría ser aplicado a quienes sufren quemaduras instantes después de haberse producido, su composición haría que las consecuencias sean mínimas y evitaría la muerte (muchas de las muertes por quemaduras se dan a consecuencia de las heridas que además se infectan).
¿Sabían que el promedio de vida de la humanidad (toda la humanidad en su historia) es de 18 años? ¿Se han preguntado qué nos ha hecho vivir ahora hasta más de los 70 años?
Ahora mismo, mientras escribo y ustedes me leen, hay cientos de científicos aportando horas de su vida en algún descubrimiento, y, también hay que decirlo, cientos de miles de personas esperanzadas en esas investigaciones. Personas que ahora mismo lloran en busca de una esperanza, y otras tantas que la encontrarán, que pronto la encontrarán.
Hoy quiero dedicar unas palabras a esa bella disciplina que es la ciencia (en especial la médica) y a quienes fungen como médicos.
Evidentemente los médicos –contrario a lo que muchos parecen creer- no son semidioses, muchos de ellos ni siquiera tienen la mínima cultura general (en mi familia se suele pensar que los médicos son una especie de personas súper estudiadas en casi todos los ámbitos -todavía no sé por qué-, pero no es así). Sin embargo, he tenido la fortuna de conocer a muchos que dedican su vida para dar esperanza a otros (me incluyo entre esos “otros”).
¿Sabrán los médicos lo que significan para los pacientes que tienen enfrente?
Hay un bello cuento escrito por Jorge Luis Borges titulado “El Sur” (1944), no sé si lo han leído. Habla sobre un hombre, llamado Juan Dahlmann, secretario de una biblioteca municipal de Buenos Aires (linda profesión). Un día se golpea la cabeza y debe ser trasladado a una clínica, ahí pasa ocho días esperando la muerte.
El personaje entonces es descrito en un viaje, hacia “el sur”, un viaje épico que concluye en una riña, en la que muere en un duelo a manos de otro hombre. Para Dahlmann es más loable morir en plena lucha que en una clínica (si bien, en realidad muere en la clínica y todo es producto de su imaginación).
Las veces que he tenido la oportunidad de visitar un hospital me ha sugestionado la gente que espera y la que se halla dentro (en alguna habitación), pienso en las miles de conexiones que deben existir entre estas personas, las miles de súplicas, de esperanzas, de despedidas… es como si me encontrase en un campo de batalla, lleno de luchas y esperanzas.
En los velatorios es distinto, ahí sólo hay dolor, o tranquilidad, o ambas. Y muchas veces puedes sentir la paz.
Los nosocomios, en cambio, albergan tantas cosas que suelen ser incómodos. Hay tantos Dahlmann, tantos que preferirían acabar la lucha en un lugar lejano, tantos que la pierden…

“¿Tú no sabes cómo vas a morir, respeta la muerte de los demás?”, me dijo un día una persona cercana, cuando mi padre murió y la respiración no me alcanzaba. Y es cierto...
¿Alguna vez se han preguntado cómo han de morir? ¿en manos de quién han de depositar sus esperanzas?... ¿quién los rescatará de ese trance, quién les dará un minuto más?
Hubo gente que murió por una gripe que hoy puede ser curada con antibióticos, ¿acaso podremos vivir más con un invento que exista cuando seamos viejos y que hoy es imposible de imaginar?

Estoy tomando un curso gratuito on line de la universidad de Yale (se los recomiendo), es sobre psicología. Hay una parte en la que explican la función del cuerpo con respecto al cerebro y, más a fondo, al alma…
No cabe duda que en la literatura (y en la psicología) he encontrado confort a mi alma, hay momentos en que casi no me duele existir y saber que hay tanta belleza en el mundo que deberé dejar ir, hay momentos en que me resigno a eso que aún veo lejano.
… Pero ese cuerpo -cita el profesor de Yale- está infinitamente ligado a mi alma: cuando uno AMA, cuando ingiere alcohol, cuando extraña, cuando llora o tiene frio... cuando este cuerpo (que también soy) llora, cuando se siente mal, mi alma es muy pequeña para comprender tantas cosas. Ahí, para algunos Dios y la ciencia brinda esperanza, los invita a creer.
No hay una disciplina más esperanzadora para el hombre que la medicina (y la ciencia médica).
¿Habrá nacido el que invente la cura de enfermedades crónicas, o cáncer, o VIH…?

HAY QUE SEGUIR CREYENDO…


(A mi hermana, Dra. Jenny Díaz, a mi novia la Dra. América Villaseñor, al Dr. Haroldo Dies y la Dra. Gloria Noriega. A mi abuela Josefina Piña, quien recién perdió su lucha contra el cáncer)