Mi pecho siente una opresión, pero no, no es tan mala, simplemente son pequeños síntomas de sentirse vivo; la vida es así, tan dulce como agria. Siempre he considerado un milagro nuestro encuentro, el choque de nuestras almas, nuestros miedos, nuestras necesidades, el encuentro de dos seres cuyo rostro ha sido cause de lágrimas muy particulares, esas que van acompañadas de amor -a veces escondido-, de pérdida, soledad y pasiones.
Ayer, mientras leía las cartas de tus padres, encontré incidentalmente mucho de nuestra historia, ahí estaba escondida en frases escritas por tu madre como "viva la vida", en su encuentro con un cuadro de Frida y su sorpresa por citas de Herman Hesse (te dije que en la prepa era mi autor favorito). También en lo que escribía tu padre, al hablar de su cotidianidad tan extraordinaria, de su amor hacia tu madre, a las palabras que ella pronunciaba, a ese espacio que transformaba con miradas y caricias trémulas.
Me vi en ellos y te vi en cada linea, entonces entendí por qué tu alma me cautivó cuando te conocí, comprendí "esas cosas" tan maravillosas que, me han dicho, hace Dios (¿cómo podría explicar que existan tantas y tantas coincidencias entre nuestras maneras de pensar y vivir?)
Sé lo especial que es esa libreta y ahora me advierto entre sus líneas, con tu puño y letra, y te agradezco eso; es extraño, porque es un honor que creo nos merecemos (lo mismo sentí yo cuando me ayudaste a poner el árbol de Navidad y saqué el trenecito de mi papá, me encantó compartir contigo esa ausencia).
Ay niña, creo que estoy melancólico porque los causes empiezan a aflorar, pero es que ya ha sido tan largo el camino hasta aquí, que mi alma lo resiente. y me rebelo sabes, porque no quiero pensar en el tiempo, ese que se llevó a nuestros padres dejándolos en "palabras". Ayer pensaba en eso, en lo que significa morir y en la necesidad creciente de seguir dando pasos aun cuando no haya más camino. Soy un necio quizá. Te Amo.
Ayer, mientras leía las cartas de tus padres, encontré incidentalmente mucho de nuestra historia, ahí estaba escondida en frases escritas por tu madre como "viva la vida", en su encuentro con un cuadro de Frida y su sorpresa por citas de Herman Hesse (te dije que en la prepa era mi autor favorito). También en lo que escribía tu padre, al hablar de su cotidianidad tan extraordinaria, de su amor hacia tu madre, a las palabras que ella pronunciaba, a ese espacio que transformaba con miradas y caricias trémulas.
Me vi en ellos y te vi en cada linea, entonces entendí por qué tu alma me cautivó cuando te conocí, comprendí "esas cosas" tan maravillosas que, me han dicho, hace Dios (¿cómo podría explicar que existan tantas y tantas coincidencias entre nuestras maneras de pensar y vivir?)
Sé lo especial que es esa libreta y ahora me advierto entre sus líneas, con tu puño y letra, y te agradezco eso; es extraño, porque es un honor que creo nos merecemos (lo mismo sentí yo cuando me ayudaste a poner el árbol de Navidad y saqué el trenecito de mi papá, me encantó compartir contigo esa ausencia).
Ay niña, creo que estoy melancólico porque los causes empiezan a aflorar, pero es que ya ha sido tan largo el camino hasta aquí, que mi alma lo resiente. y me rebelo sabes, porque no quiero pensar en el tiempo, ese que se llevó a nuestros padres dejándolos en "palabras". Ayer pensaba en eso, en lo que significa morir y en la necesidad creciente de seguir dando pasos aun cuando no haya más camino. Soy un necio quizá. Te Amo.
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