Le Mexique...

jueves, 17 de junio de 2010 20:51 Publicado por Jesús Díaz 1 comentarios

Hoy fui al Ángel, es tan curioso la manera de festejar de nosotros los mexicanos, todo parece fiesta, de las buenas; nos gustan los buenos pretextos para ser tan tan hermanos.

Vivir en México es vivir en una gran fiesta, a veces la música es muy dramatizada, y otras, es tan alegre. Somos tan apasionados -sin medias tintas-, vivimos tan intensamente la vida que, a veces, pareciera que se nos acaba todo ese minuto, es como estar conscientes de que no viviremos para siempre y a la vez negarlo todo. ES BIEN CABRÓN SER MEXICANO!!! QUÉ CHINGÓN!!

Si fort, si fragile

martes, 11 de mayo de 2010 9:40 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios

Esto es tan fuerte y tan frágil. Es como un camino ausente de señales que me invita a seguir y, más comúnmente, a detenerme. Apenas ayer estabas aquí, y ya tengo recuerdos vagos de tu forma de besar, de tu sonrisa y la manera en la que mis manos acarician tu cintura. De este torbellino que no lo podemos detener, que a veces arrasa con nuestra propia alma, la divide en decenas de pedazos, que nos impide elegir un lugar en donde comenzar y nos desvanece. A veces no quiero q te vayas, sabes, quiero aferrarme a ti, pero otras, otras odio perderme del todo. Y quisiera un balance entre lo que siento y pienso. Porque hay momentos en que el deseo por ti me hace renunciar a todo, y hay otros, tú sabes cuales, en los que simplemente todo tiembla (como nuestras manos) y no hay cabida para la necesidad. Es cuando me siento vulnerable. Es como una lucha entre mi deseo y mis necesidades. Hay días en que todo de ti me seduce y pienso que debería morir en ese instante. Otras veces odio mi indiferencia, odio arrástrate en ella. En esos instantes pienso la gran distancia que hay entre el piso (en donde nos hemos postrado para llorar como niños) y el corazón, o aún más la cabeza. ¿Serán acaso mis miedos a reconocerte lo que me mantiene estático? ¿Será que todo necesita un tiempo? Pero entonces, maldición, me pegunto: ¿Y si no hay mucho tiempo?... Entonces tú adoptas esa actitud infantil. Te haces niña. Te metes en una pequeña cueva y te encierras, y cantas una canción mientras jugueteas con mis sentimientos como si fueran juguetes. Y corro, sin dirección definida corro, y al paso, siento que el viento y mi respiración se apaciguan, al final del camino no sé a donde he llegado, pero me regocija que sigas ahí al cruzar esa puerta. Entonces nos abrazamos y charlamos durante horas, de nuevo. Creo que ninguno quiere un compromiso que no sea con el otro, estamos tan acostumbrados a no tener nada, ni familia a veces, que sólo queremos estar solos. Qué mal es acostumbrarse a la soledad, que ésta se convierta en una necesidad, un lugar en el que hay que estar. Nuestra soledad es como una isla, una gran isla, en donde sólo cabe otra persona. Y ahí nos ves, gastando el tiempo mientras vemos el horizonte, y pensando en lo que hay detrás de él. Y cuando el horizonte nos muestra una nueva tierra que se acerca a nuestra isla, simplemente no sabemos qué hacer. Me queda claro que para ambos no existe la regla de lo normal. Quizá por ello soñamos muchas veces con escapar. Somos tan raros que incluso tememos lastimar al otro. Ahora no sé si quisiera que me importara el mundo alrededor de nosotros, me he perdido. Ahora quisiera estar solo, y poder llorar, es algo que también he dejado de hacer (solo frente a tu cuerpo desnudo a media luz lo hice, aunque no sé si fue un sueño). Creo que mientras escribo esto, sin pausas, estoy corriendo. Hasta ahora no me había preguntado si cuando me canse, o el viento me sosiegue, tú estarás ahí, con tu bella sonrisa… pero sigo corriendo.

Esta vez

viernes, 7 de mayo de 2010 9:17 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
De pronto ya no sé que pasa en mí
de pronto ya no sé quién soy
de pronto ya no reconozco nada
de lo que un dia fui
Hoy me pregunto que cambio dentro de mí
hoy me pregunto a donde voy
tal vez no existen las respuestas
para lo que intento resolver

Esta vez vengo buscando el corazón
esta vez lo intentaré otra vez
esta vez y más yo trataré de hacerlo bien
si la vida me regala otra oportunidad

De pronto ya no sé qué pasa en mí
de pronto ya no sé quién soy
tal vez no existan las respuestas
para lo que intento resolver

Esta vez no quiero otra ilusión
esta vez lo intentaré otra vez
esta vez y más yo trataré de hacerte bien
si la vida me regala otra oportunidad


J'ai morts en vous

domingo, 25 de abril de 2010 0:41 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios

Mi mente divaga. Son mis manos las que hablan mientras tocan tu cintura, es una extraña mezcla y lo sabes: algo de delicadeza que se confunde con la fuerza de un arrebato.

Así somos, nos despojamos en un breve tiempo, ese en el que cada minuto pareciera que estamos tomando una decisión importante, de vida.

¿Por qué siempre sucede eso? ¿Te lo has preguntado?

Por qué siempre que nos vemos sentimos que estamos por resolver algo que trascenderá nuestra existencia, en breves lapsos en los que incluso no sabemos qué decir.

Pero hoy no quiero pedirte nada, solo quiero que nuestros sentidos, los otros sentidos, hablen por nosotros. Ellos dicen las mejores palabras. Esas que no se encuentran en ningún lado.

A veces odio pensar que todo el tiempo que te he dado ha sido un sueño, sobre todo cuando, como ahora, me embelesa esa intensidad con la que tocas mi alma.

Estás y no estás, y lo onírico se mezcla con la realidad, mientras mis labios recorren espacios nuevos en tu ser y me pierdo en un mundo, tu mundo.

Es tanto mi amor por ti que, irónicamente, quisiera despertar en el acto, antes de desaparecer.

Me pregunto: ¿a dónde me llevas cuando quitas la barrera que hay entre nosotros? Me pregunto (…sí), y me siento perdido, tan confundido, tan fascinado.

Siempre hablamos de la vida, ¿verdad?

¿Y si me acostumbro a vivirla más a tu lado? ¿Cómo he de partir si he perdido mi lugar, si pertenezco a cualquier sitio y a la vez a ninguno que no hayas tocado tú?

Eres el ángel que Dios me ha enviado, la confirmación de un milagro de vida, y yo, yo soy sólo un mortal ahora, distinto a ti. Igual cerraré los ojos, y ahí estarás tú.

Déjame aquí, no quiero morir de tanto amar. O mejor no, quédate, o llévame, o ven conmigo, vámonos. Creo que nací para navegar en ese mar en cuyas olas se halla tu figura.

Hoy no me digas que me adoras, por favor. Ni siquiera con ese otro lenguaje que expresas con tus manos, justo a centímetros de mi corazón.

Una parte de mí toca una puerta, y lo sabes. Escuchas mis latidos, siempre me delatan. Pero no la abras, no sea que se acabe la última cordura en mí.

Entonces tomaría ese cuerpo que me has regalado, y te llevaría conmigo. Hasta el fin.

Estás a punto de invitarme a renacer, y sé que me abandonaré en ti. Entonces las palabras estarán de más. Nada de eso puede escribirse, ni siquiera hay un idioma para eso.

Sólo una palabra, quizá, que se le aproxima: TE AMO. Pero es muy tarde para reflexiones... He muerto en ti...

Dreamworld

jueves, 22 de abril de 2010 23:31 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
I would be you, you would be me,
We would be one, we would be just fine
The ice caps wouldn't be melting
And neither would I

I would just drive my big old car
And everything would be alright
And energy would just fall down
Right from the sky, yeah

Words would fly right from out of my mind
Out of my mind into your heart, into your life
And everything would sound just right
And no one would stop me from drinking my wine

That's my dreamworld, that's my dreamworld
It's more than a dream
My dreamworld, that's my dreamworld
And I wanna live in my dream, (dream)

For the real world just don't feel right
I wouldn't spend my days searching for
Searching for lost time, yeah hey yee (ooh ooh, dream)
I wouldn't be so damn sensitive, I'd let things go by

No matter what the weather, I'd learn to change
I'd change with the time, yeah, he

And everytime I need a woman, she'd appear right by me
She hold me tight, treat me right
And tell me that everything is gonna be
Is gonna be alright, alright

That's my dreamworld, that's my dreamworld

I would tell Van Gogh that he was loved
There's no need to cry
I would say Marvin Gay
“Your father didn't want you to die” (dream)

There would be no black and white
The world just treat my wife right
We could walk down in Mississipi
And no one would look at us twice, hey

That's my dreamworld, that's my dreamworld
It's more than a dream
That's my dreamworld, that's my dreamworld
And I wanna live in my dream, (dream)

Dreamworld
Robin Thicke.


Foudroyer du Regard

sábado, 17 de abril de 2010 21:31 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios

(Tu) mirada, (luego tu) sonrisa, (-¿recuerdas'- nuestras) manos, (descubro tu) figura, (sentimos -¿es real?- nuestro) apoyo, (la vida es) amor, (amor más allá) una vida, (-¡hay tanto!-) sinceridad, (dentro de mí) fuerza, (en ti) revolución, (ambos -¿es un sueño?-) pasión, (TE AMO) ternunra, (me pierdo) dolor, (en tus labios) regocijo, (puedo) morir, (mañana -¿y mañana?-) renacer, (me llevas) en ti...

sábado, 27 de marzo de 2010 1:13 Publicado por Jesús Díaz 0 comentarios
Domestiqués

Ese olor a trigo... Me gusta dormir con ese olor a trigo

Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

Fue entonces que apareció el zorro:

- Buen día - dijo el zorro.

- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...

- Quién eres ? – dijo el principito. – Eres muy bonito...

- Soy un zorro – dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...

- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

- Ah! perdón – dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

- Qué significa "domesticar" ?

- No eres de aquí – dijo el zorro –, qué buscas ?

- Busco a los hombres – dijo el principito. – Qué significa "domesticar" ?

- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto ! También crían gallinas. Es su único interés. Buscas gallinas ?

- No – dijo el principito. – Busco amigos. Qué significa "domesticar" ?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."

- Crear lazos ?

- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...

- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...

- Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.

El zorro pareció muy intrigado:

- En otro planeta ?

- Sí.

- Hay cazadores en aquel planeta ?

- No.

- Eso es interesante ! Y gallinas ?

- No.

- Nada es perfecto – suspiró el zorro.

Pero el zorro volvió a su idea:

- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, mira ! Ves, allá lejos, los campos de trigo ? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Y eso es triste ! Pero tú tienes cabellos color de oro. Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado ! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...

El zorro se calló y miró largamente al principito:

- Por favor... domestícame ! – dijo.

- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, domestícame !

- Qué hay que hacer ? – dijo el principito.

- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente el principito regresó.

- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad ! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.

- Qué es un rito ? – dijo el principito.

- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Entonces el jueves es un día maravilloso ! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:

- Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.

- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.

- Claro – dijo el zorro.

- Pero vas a llorar ! – dijo el principito.

- Claro – dijo el zorro.

- Entonces no ganas nada !

- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.

Luego agregó:

- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.

El principito fue a ver nuevamente a las rosas:

- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.

Y las rosas estaban muy incómodas.

- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – No se puede morir por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he regado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo el globo. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres para las mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mi rosa.

Y volvió con el zorro:

- Adiós – dijo...

- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.

- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.

- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.

- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.