Ayer tuve una cena muy interesante con una persona igual de interesante.
Siempre es bueno aprender de quienes tienen tatuada la piel con la misma tinta, y esta mujer, definitivamente, tiene bien tatuadas muchas de las cosas que comparto.
Me contó una anécdota estupenda que creo es bueno compartir: Ella fue una de las pocas personas que tuvieron la oportunidad de cubrir el atentado del 11 de septiembre en Nueva York justo cuando sucedió, de hecho, ella dijo a nivel nacional (en Estados Unidos) que temía que alguna torre cayera (algo que aún cuenta con la voz entrecortada y lamenta).
Compartimos experiencias, las mías obviamente se quedaron cortas junto a las de ella.
Me dijo que tras varios días de cubrir los atentados, aún sin poder hablar bien con su familia, se sentó exhausta. Reflexionó sobre las cientos de personas que murieron días atrás y en sus palabras, que le hicieron eco una y otra vez, por alguna razón que desconoce se sintió culpable.
Cansada, se dispuso a seguir con su cobertura, no sin antes decirle a un compañero periodista (muy conocido en Estados Unidos): "Y cuándo voy a poder llorar, carajo".
Él le respondió: "Si lloras serás un ser humano, pero hoy eres periodista".
¿Es que acaso uno se desprende de eso que es? ¿Es que acaso la gente advierte ese ser humano que está detrás del lente o la pluma?
No lo sé, pero ella continuó adelante con su cobertura... (Como dato curioso, el 11 de septiembre fue la primera vez que entré a una redacción, nada más y nada menos que como auxiliar en el área internacional de un diario nacional -no me pagaban, pero cómo aprendí justo en esa semana histórica-
Tengo mucho que aprender de ella, de verdad, le agradezco a Dios y al destino haberla conocido, tener a alguien así de frente en una noche especial, en una charla tan interesante...
Quedamos en repetir la experiencia en Estados Unidos... estoy seguro que así será (tal vez sea momento de tomar más en serio mi green card)
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